martes, 24 de marzo de 2009

UN DÍA DEL CARAJO


Hoy amanecí con un empute bárbaro, de esos que ni uno mismo sabe porque, simplemente me valía madre lo que pase durante el día.

Como todo en la vida, quienes están pagando los platos rotos son los amigos más cercanos (de la oficina y de la maestría) ya que van como tres carajazos que acabo de dar, aparte de colgar el teléfono y dar un par de portazos.

Para empezar el día, durante el desayuno mientras tomaba mi acostumbrado café con pan casero e iba por la mitad, vi que había un gusanito paseando como “Pedro por su casa” en el pan, sin mosquearse, la puta me dije y empecé a revisar lo que había comprado el día anterior. No me quedó otra que botar todo y poner el dedo en la garganta para ver si salía algún desgraciado insecto que había engullido por error.

Luego le encajó una lluvia, la re puta que lo parió, que para ir al trabajo ya necesitaba un arca o un bote, así que tuve que ponerme el impermeable agarrar el paraguas medio destruido que tengo guardado en el fondo del closet y salir a la de Dios. Por si acaso traje un par de medias extras en la maleta ya que como parecía un lago, no me quedó otra que ir caminando a agarrar taxi. Otra tragedia, cuando no los necesitas, te llueven de todo lado y lo peor es que le encajan la bocina como si fueras un pelotudo y no vieras que es taxi, pero hoy no, no apareció ni una carreta de esas que de vez en cuando sueles ver dando vueltas a la mierda por la ciudad. Apareció uno y listo, aprovechando que me salía agua hasta de las orejas me dijo veinte pesos; tenía dos opciones, mandarlo a la mierda o subir y pagar calladito, no me quedó otra que pagar y subir mascullando los ajazos que me sé, por lo menos le dejé el auto hecho mierda con agua y barro.

Ya en la oficina descubrí que no había traído la llave, así que aparte de llegar hecho mierda y temprano, tuve que esperar en las gradas hasta que llegue mi compañera de boliche, mojado, embarrado con quien sabe que porquerías en los zapatos, así que aproveché de cambiarme las medias en plena puerta y exprimir los calzados para sentirlos más secos.

Así que como ven, hoy no tengo ganas de postear nada.

2 comentarios:

juan josé dijo...

uhu buey, yo quería criticar un poco...pero ya que estamos con ese humor mejor me quedo callado nomás.

Anónimo dijo...

Es sólo una historia viejo... un poco condimentada, pero solo una historia.