martes, 15 de marzo de 2011

TRILOGÍA NATURAL

PORQUÉ HE DECIDIDO DECIRTE NO

Han pasado cuatro meses que estamos lejos porque así lo has decidido.

Nos hemos visto el pasado miércoles y dijiste que me quieres, que me extrañas, que con él las cosas son distintas, que a pesar del tiempo aún piensas en mí de noche y que muchas veces has agarrado el teléfono, has discado y escuchando mi voz… colgaste.

Creíste tenerme a tu lado siempre, a pesar de los días nublados, de la lluvia durante fines de octubre, del frío los primeros días de noviembre, cuando dijiste que ya nada importaba y que junto a él tenías una nueva vida. Ahora dices que me extrañas, que me quieres, que no debemos mirar atrás, que olvidemos el pasado, que te de un beso y te abrace, que esta noche miremos las estrellas, que piense en ti antes de dormir y que mañana tomemos un café.

Cómo quisiera que todo pase así, fácil, rápido, despertar y pensar que nada ha sucedido realmente. Gracias por todo, he decidido decirte: no.


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CUANDO NACE EL MIEDO

Hace poco más de un mes he empezado a ver sombras y bultos que flotan por mi depa, al principio la curiosidad de saber que algo raro está pasando me llevó a pensar que algo anda mal en mi mente o en el mundo o en la ciudad o en el barrio o en esos seres que aparecen.

Hace poco menos de una semana he empezado a escuchar voces, no sé si en mi cabeza o en el espacio que habito, niños jugando y riendo y gritando y hablando, están ahí dando vueltas mientras desayuno, mientras ceno, cuando veo las estrellas echado en mi cama con la cortina abierta, pregunto lo que quieren, no responden, siguen jugando.

Esta mañana desperté a las dos de la madrugada porque alguien decía mi nombre, salí a la sala y sólo estaba la sombra de la noche. Algo está mal, mal está algo.


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NO HAY OPCIÓN

La soledad no es una opción, es algo irremediable, estoy acostumbrado.

En esta vida, todo, absolutamente todo tiene fecha de caducidad.