martes, 7 de septiembre de 2010

BIEN LE CASCAREMOS...

Escucho en el minibús la canción del Chazarreta “Bien le cascaremos”, me acuerdo la frase del Llobet “Así nomás había sido”, o la canción que tocaba en el radio de la doñita con su puestito de frutas en el mercado “patada, puñete te voy a dar”, así nomás va mi vida entre idas y venidas, mientras escribo esto, un mosquito cae en picada sobre el teclado, parece que es un infarto, procedo a los primeros auxilios, levemente con el dedo índice le doy masaje en el pecho, una gota de agua en la cabecita, no se mueve, lo aplasto con el pulgar y lo boto en el cesto de basura.

Mientras iba en el taxi para ver a la novia en la plaza, el taxista comenta que este país respira política, le digo, no confunda compadre, yo respiro inocencia. Un vendedor de dulce se acerca a la ventanilla, maní jefe, en bolsita, totalmente higiénico, le digo si tiene dulce de menta, de menta sólo estos chicles, ¿sin azúcar?, bien dulces son jefe, fallas de comunicación mientras hago globitos mirando el atardecer. Un hippie hace malabarismos con unas bolas de vidrio, si se cae una, se jode el numerito, quiero que se caiga una. Eso de pensar es jodido, a veces es mejor tener la mente en blanco y andar por ahí sin amargarse el ánimo. Mis debilidades son más fuertes que yo (como dice Felipe), un helado de crema y que se joda la dieta.

Llego al Internet y la veo sentada escribiéndome al msn, gordo, respondeme, carajo, dejé encendida la máquina en el departamento, en su pantalla la foto de su amigo del barrio y pa disimular dice que anda buscando algunos temas de la universidad, mierda, si la llevo al departamento debe estar la ventana parpadeando de Carola. Qué calor, las mentitas no refrescan tanto, un enano aparece en la tele diciendo que no quiere ser grande, es feliz como es, quiero ser como él, feliz. Un café con leche, quema la lengua que ya parece lija de las buenas, veo unas piernas gruesas al descubierto, ¿Qué ves?, pregunta ella, nada, ¿cómo nada, si la comiste con los ojos desgraciado?, benditos los ojos que pueden comer.

Agarro el libro y lo abro donde lo dejé, una hoja cae y pienso si el chofer del taxi se olvidó o me olvidé yo, no me dio cambio del billete de veinte. “Hasta que la muerte nos separe amor… yo te juro amarte mi eterna ilusión…”, pobre tipo, aún cree en el amor (Bonanza). Esta noche duermo solo, esta noche tengo que dormir sin preocuparme que me quitan la sábana. Mientras camino por la paralela a la Ballivián, digo, bien le cascaremos, ella ríe, se tropieza una chica por vernos, se pone roja de vergüenza, así nomás había sido, ¿qué mirás?, nada, sino puede decir, patada, puñete te voy a dar.






7 comentarios:

Cecy dijo...

"Esta noche duermo solo, esta noche tengo que dormir sin preocuparme que me quitan la sábana."

Ja, me encantó.
Es un detalle y que detalle ese.

Un gran abrazo amigo, me alegra siempre leerte.

Asesino De Leyendas dijo...

Cecy: Gracias amiguita, tu blog se ha vuelto muy sentimental, creo que reclama un libro, ¿puede ser?
Un beso en la nuca

Vania B. dijo...

Linda fotografía de un momento. Un abrazo, Asesino.

Asesino De Leyendas dijo...

gracias capsulita, como radiografías de vida, digo.

Un beso en la nuca

Janeth dijo...

Mi querido Gustavo, la vida captada por tus ojos, claro momento, la verdad es que capto un poco de aburrimiento, falta de alegria, esta bien a todos nos sucede en algun momento,.... tal ves sea la edad.....

M a r u dijo...

Ese cafe se me antojo. Caminando por el centro... cuantas cosas pueden pasar.
cuidate un beso en la nariz

Asesino De Leyendas dijo...

Janeth: cual edad?... estoy en la flor de la vejez, ja!, no no, experimentando nuevas formas de redacción, es todo. Un saludo amiguis

Maru: gracias Maru, siempre te leo, un beso en la distancia