jueves, 26 de noviembre de 2009

UN PASEO POR...



En mi última visita a Santiago tuve la oportunidad de visitar alguno de los mall más grandes de la ciudad (y también los más pequeños), lo que primero llama la atención es el orden y educación que reina en todo lado, nadie realiza las clásicas preguntas de nuestras ciudades “¿qué va a llevar?”, “pregunte nomás”, “¿qué está buscando?”. Hay una presión innata, sutil, y más cuando uno lo que quiere es revisar, ver que hay de nuevo, uno ve al “gentil” empleado y pega media vuelta (como la canción de Luis Miguel). Si uno no va a llevar nada, responde como es obvio “sólo estoy viendo”, o un “nada, gracias” y se va, acá es mejor evitar el “buen humor” de los vendedores y su falta de conocimiento.

Santiago es diferente, uno entra a cualquier tienda y por el tamaño que tienen las mismas, uno busca y revisa con la libertad más amplia, sin ningún vendedor que hace preguntas inoportunas, se acercan y atienden solamente cuando uno los requiere o los llama para aclarar cualquier duda, siempre prestos, siempre atentos y con una sonrisa, preguntan de donde viene uno (ya que las diferencias fisiológicas son notorias), están estratégicamente ubicados y al menor gesto responden dudas y aclaran cualquier punto, el cliente es lo más importante, la calidad de servicio impecable.

Al entrar a un par de librerías, uno se da cuenta cuan alejados estamos de un país tan cercano como Chile. Uno puede revisar, pasarse horas leyendo u hojeando libros sin que algún hijo de vecino se acerque o lo increpe o le pregunte si va a llevar tal o cual cosa. Conocen la oferta literaria y si no la tienen, ubican rápidamente alguna librería (aunque no sea de su cadena, anotan direcciones, dibujos de cómo llegar y hasta un precio referencial) y lo despiden a uno como si hubiera adquirido una montonera de libros.

Pasé por lo general entre tres a cuatro horas diarias revisando y leyendo las contratapas y el resumen que viene impreso en ellas. Los precios son elevados, no hay lugar a dudas, pero es ese plus del servicio personalizado el que logra que uno desee volver al siguiente día. A diferencia de nuestras librerías piratas o las legalmente establecidas, allá son verdaderos monstruos en cuanto a tamaño y variedad. Uno encuentra lo que busca. Salí con unos cuantos libros de escritores chilenos, de la nueva ola, ganadores de premios locales.

Me topé con tres libros de escritores nacionales: Edmundo Paz Soldán, Jaime Sáenz y Víctor Hugo Viscarra. Nada mal. Nada del otro mundo, es lo más exportable que tenemos (claro, hay muchos más autores que merecen ubicar sus escritos en las estanterías latinoamericanas pero que le vamos a hacer).

En un próximo post, escribiré sobre algo similar, pero en Brasil, la cosa cambia, no mucho, pero cambia.

EXTRAS:

* Terminó el 3er taller de escritura de Giovanna en la UPSA y a diferencia de que hay quienes creen que no sirve para nada, estoy seguro que la experiencia es positiva.

* Aparte de los efectos especiales, la película 2012 no ofrece contenido y aparte de un final ñoño nada bueno se rescata.

¿Y si dejáramos por un momento de parecernos más a los demás y nos centramos en ser como somos?, digo.

Una muestra de mi último cuento… vaya a saber uno en que termina:
“¿Hacer qué?
Matar el domingo
¿Cuál domingo?
El día domingo, parece difícil, pero ya tengo una idea en mente
¿Quieres matar un día de la semana?
Así es
Eso no lo puedes hacer, nadie puede matar un día, estás loco
Eso pensé al principio, pero si lo analizas cuidadosamente, nada es imposible en esta vida, ¿por qué tendría que ser algo difícil de realizar?

Las manos apoyadas en la mesa, los dedos jugando con un bolígrafo sobre una hoja de papel arrugada, parece haber sido revisada mil veces, algunas manchas de café, quizás dedos sucios, tiene buen tiempo ideando esta locura, comenta para sí Francis, la hoja tiene palabras mezcladas con gráficos y dibujos en desorden, unas flechas se entrelazan, algunas horas y fechas en las esquinas, en el reverso, numeradas se encuentran un par de ideas de cómo acabar con algo que lo ha pensado hasta el hastío.

¿Estás seguro de lo que estás hablando?
Como que me llamo J. K. Estrada
Estás loco. ¿Por qué quieres matar un día de la semana?
Alguna vez escuché que los hombres matamos dos cosas, lo que nos produce miedo o aquello que es diferente, dicen que los mediocres actúan así, quizás yo lo sea, pero es que el miedo que le tengo a los domingos debe terminar, es él o yo, son ellos o yo y anoche decidí entre un par de copas, son ellos…”

11 comentarios:

Lucybel dijo...

Si....... chilito y su gente son cosas que te alegran el alma.

No hay duda al respecto.

Cuando estuve en Santiago tuve la maravillosa oportunidad de pasearme por las vitrinas de muchas librerías, en lo personal... a la modernidad de alguna ubicada en Malls prefiero mil veces las escondidas en pequeñas calles del centro, aquellas que son oscuritas y acogedoras donde, TEXTUALMENTE (y tal como dijiste) una puede pasarse horas de horas leyendo un libro y el vendedor no te dirá nada y hasta puedes retornar al día siguiente si así uno lo desea.

Es como si el único hecho de que exista alguien leyendo en su libreria sea suficiente precio.

Saludos!

Janeth dijo...

Santiago, es una ciudad hermosa, la ves que fui, por el año 1998 mas o menos, me encanto, las librerias son espaciosas y llenas de diversidad, y la gente es muy paciente con los clientes, la educacion de los chilenos es exelente eso fue lo que mas me impresiono,... lei los fragmentos de tu cuento y la verdad lo estas haciendo cada ves mejor amigo, te felicito, como que ya puedes estar preparando alguno para publicar.

Te sigo leyendo con gran placer y alegria
Besitos

juan josé dijo...

yo recién volví de allá y estudie un tiempillo ahi y me parece que idealizas mucho a los chilenos.

Cecy dijo...

De libros, bueno siempre es lindo leer tus historias con ellos y las librerias.

Este sabado empiezo un taller literario, para imitarte nada más.
Je.
De veras, te acordas que te conte que andaba con ganas, bueno sos el primero a quien le cuento, veremos.

Besos, querido asesino.

Ornela dijo...

Hola...leo tus cuentos hace un par de meses y existen algunos realmente buenos y experiencias que me hicieron cagar de la risa, no había posteado pq prefiero leer que escribir. Hoy decidí hacerlo para decir que Juan José tiene razón en que idealizas, yo vivo en Santiago y los vendedores tienen la actitud descrita por ti, quizás dio la casualidad que no te tocó, además las librerías de los mall son medias fomes(aburridas)y caras, aquí te doy un dato para tu próximo viaje, es mucho más barata, tiene descuentos buenos por si te interesa(en la página tiene la dirección, esta en Providencia)

www.contrapunto.cl

Asesino De Leyendas dijo...

Lucybel: tienes razón, son preferibles las librerías de barrio, más hogareñas, más personales, no sé, tiene una magia especial.

Janeth: muchas gracias amiguita, aquí vamos tratando de sacarnos tiempo del trabajo, robándole minutos al reloj.

Asesino De Leyendas dijo...

JuanJosé.,, que tal viejo, pues no sé, quizás me topé con gente demasiado amable, pero solo digo lo que he visto y como me han tratado (de lo mejor), pero vaya uno a saber, o no?, un abrazo

Cecy: ah que bien, un taller de escritura... mmhhh como consejo de conejo deberías escribir un poco más largo, es decir tus post son lindos pero muy breves, escribir más... lindos versos, lindas palabras

Asesino De Leyendas dijo...

Ornela: gracias por opinar en el blog, bienvenida. Pues si, ya entré a la página de esa librería y en providencia, vaya a saber si es grande el barrio. Mi hermana vive en providencia, calle Capitanía o algo así, en un par de semanas doy unas vueltas por alla. Esperemos la billetera aguante.

Saludos

Anónimo dijo...

Eso de los tratos que te dan en diferentes ciudades sucede en todas partes. En mi ciudad somos digamos lo normal en cuanto a amabilidad. Pero hace poco fui a una ciudad q esta a no muy lejos de aqui, y la amabilidad era exagerada, hasta empalagaba. en fin. Mira que bien, puedes visitar los paises de por alla. Saludos asesino. me encanto la nueva imagen del blog, esa imagen de arriba, es tan enigmatica, como q dan ganas de ir por ese pasillo,tras el... saludos.
maru de chocolate

Asesino De Leyendas dijo...

Hola Maru, pues si, cada país, incluso cada departamento tiene características propias, deberías ser común denominador la educación y amabilidad, acá si lo es, o al menos lo intentamos ja!.

Gracias. leo con atención sobre los asesinatos y la violencia en México y exactamente con más precisión donde vives, ojalá todo cambie pronto, para bien.

Un beso en la nuca

Nadya dijo...

claro que se pueden matar los domingos,que tedio!! se matan o mueren de aburrimiento. Y los lunes por la mañana,deberían dejar de existir...