viernes, 4 de septiembre de 2009

DIARIO VIVIR



DIARIO VIVIR


(Solo los nombres han sido cambiados)


Abro la puerta del baño y la veo inclinada sobre el mesón juntando en un pedazo de vidrio un poco de cocaína, con un papelito blanco doblado hace de izquierda a derecha y forma una pequeña porción, baja la cabeza y respira tapándose una fosa nasal, cierra los ojos y repite, aspira, me mira y pregunta si quiero probar, digo que no, aún no estoy listo para intentar algo más fuerte que las simples mezclas de pastillas, energizantes y alcohol. Estábamos desde las cinco de la tarde tomando vodka y una que otra cerveza, a eso de las ocho de la noche tomamos el primer energizante, a los cinco minutos es como si empezáramos de cero, jugamos, reímos; a las diez enciende el primer pitillo de marihuana, ese olor clásico y nauseabundo, fueron siete quizás ocho aspiradas y parece transformarse, mueve los brazos y cierra y abre las manos, me abraza, besa, acaricia mi cuello y pasa las manos por el cabello, agarra el vaso que tiene vodka y lo seca sin mayor trámite que un “salud” casi inaudible, escuchamos música, primero reguetón, esa noche llegué a odiarlo más que antes, siento como si un taladro perforara mi sien y todo pensamiento que circula vagamente se hace extraño, raro, odio esa música, ella canta, de pie baila, repite cada frase, cada letra, me mira y besa.

¿Sabes que mañana tengo exposición y tarea que voy a empezar cuando te vayas y me dejes descansar?, no tengo ganas de hacer nada, todo se me hace muy fácil, basta leer una vez y entiendo todo, no me da la gana de dedicarle más tiempo que el mínimo, prefiero pasármela contigo un rato, pero vos no vas más allá, no fumas, no aspiras, eres un aburrido. La miro y siento que en algún momento debe venir la decisión, hace días que siento algo no está bien, no sé si es la sensación de vacío que me da cuando la dejo, esa necesidad de protección que despierta en mi o simplemente una costumbre que muy rápido se ha metido en mi mente. El baño sigue a media luz, un espejo que va casi hasta el techo, un cepillo de dientes rojo, un peine café oscuro que denota cierto desgaste y un jaboncillo rosado a medio gastar es lo único que puedo ver. Hace minutos tomamos una ducha y aún se siente la humedad que sale de las paredes y se instala en nuestros cuerpos, en el aire, en la habitación.

Cambia, cambian las luces, la música suena más despacio, me dirijo a la sala, agarro el control y subo cuatro quizás cinco puntos el sonido del televisor, empiezo nuevamente a escuchar a Juanes, todo da vueltas, la cabeza, la habitación, la casa, la ciudad, el mundo, siento que todo gira, por fin entiendo que el mundo da vueltas y se forma el día y la noche. Limpio su nariz que aún tiene rastros del polvo blanco, se sienta y se deshace de la blusa y el jean que le estorba en sus movimientos suaves, queda en ropa interior, hace calor, demasiado, se acerca y se deshace de la polera que ya de por si la siento pesada, el sofá de dos cuerpos es incómodo, los cojines se mueven, caen, no es lo suficientemente grande ni espacioso, la mesita central con su vidrio de 4 mm. color café ahumado refleja nuestros cuerpos semidesnudos, toma un cigarro y de a poco va aspirando, botando el humo, agarra el vaso y lo llena, me invita una copa , brindamos por habernos conocido, porque a pesar de todo seguimos juntos. Que vacía está la habitación, no hay cuadros, no hay adornos, focos desnudos que alumbran y llegan hasta donde los muebles permiten, el blanco de las paredes lo hacen sombrío, siento que falta luz, falta ventilación, me sofoca tanta desnudez en el ambiente.

Ya no quiero estar contigo, puedes irte y acostarte con quien te de la gana, sé que las miras cuando salimos juntos, que las ves y no tienes la mínima vergüenza ni respetas que estoy a tu lado, ¿quieres con Justin, con Mía o Chelsee?, ya no quiero salir contigo, ya no somos nada, vete con ellas o quien quieras, crees que no sé que sales con tu ex y con varias y yo como tonta voy tras de ti, suelta el cigarro que cae sobre el piso de cerámica que cada vez siento más caliente, veo a los costados, tomo la polera que yace en el piso, la veo, le doy un beso en la frente y salgo, dejo un papel en el que escribo un par de frases que recuerdo de alguna película, algún libro, algún loco que grita en el bar “gracias por todo”, “siempre estarás en mi corazón”, “cuídate, sabes que siempre estaré contigo”, “conocerás alguien que te quiera como tu quieres”, escucho las copas estrellarse contra las paredes, un llanto que escapa por las esquinas de las ventanas, dejo el celular en modo silencio y voy caminando las calles que yacen vacías, miro el reloj y van a dar las cuatro de la mañana, las manos en los bolsillos, un cigarro a medio encender en los labios y en la mano una botella de tequila que voy tomando a sorbos, pienso en como nos conocimos, como la vi y no me animé a hablarle, me gustaba Mía, me gustaba Justin, Chelsee no, no es mi estilo. Un auto gira y por la ventanilla botan una lata de cerveza, casi choca con el poste de la esquina, frena en seco, sale un tipo gordo de unos cincuenta años, ve el costado del auto y putea porque el raspón va casi de esquina a esquina. Las noches en que caminábamos por la plaza principal, de la mano, jugando a que éramos pareja, ella la mujer delicada y hacendosa, preocupada por los hijos que no quiere pero sabe vendrán y sus estudios, quejándose de todo menos de dinero, es algo que no le hace falta, yo, como siempre serio y callado, preocupado en la situación del país, del último libro que no puedo terminar de leer, Río Fugitivo de Paz Soldán, voy por el segundo capítulo y aún no logra atraparme, me gustó Palacio Quemado, una retrospectiva tan interesante que me recuerda a mi función en el trabajo, el escribano del dictador, el escribano del jefe al que todos odian y al que defiendo porque me conviene defenderlo. Mía es casada y tres días antes me propuso tener una relación que ni su marido ni Paola deben enterarse, debe ser cosa de dos, nadie tiene porque saber nada, Justin me mira y pregunta si la relación es seria, me da su número que aún guardo en el bolsillo de la camisa azul que está botada en la cama.

Son las cinco de la mañana, tomo un taxi y voy de regreso al departamento, una ducha, quizás un café, no puedo dormir, tengo miedo si lo hago no despierte para las ocho, tengo una reunión en gerencia y debo estar sano, lúcido, casi hora y media dando vueltas, caminando, bajo en la esquina, quiero ir las dos cuadras lento, despacio, veo la avenida que da al condominio, la veo sentada en la puerta, las manos en la cabeza, la blusa negra que dice había olvidado en mi casa, la falda pequeña y corta que muestra las piernas delgadas que me enloquecen, unas sandalias negras, un cigarro en la mano, te odio, sabes que te odio con todas mis fuerzas, veo mi celular, diecisiete llamadas perdidas, tres mensajes de texto.

Me levanto a las siete y media, tomo un poco de café y unas tostadas que han estado no sé cuanto en el refrigerador, una ducha, la ropa limpia, la camisa, el pantalón, la billetera, doy vuelta, la veo en la cama desnuda, tengo una reunión a las ocho.

13 comentarios:

Janeth dijo...

Fabuloso me encanto como relato muy lindo, muy bien escrito me imagine hasta el ultimo detalle, una relacion tormentosa de esas que te llevan al suicidio jejeje, amigo tu vida no es para nada envidiable,....
Te dejo el mas grande de los abrazos

juan josé dijo...

Todo en la vida tiene un límite, si te lo pasas puedes terminar mal, el tema de las drogas duras parece si ser un límite más o menos razonable.

Anónimo dijo...

Un buen relato. Me quedo pensando, no se, profundo, complicado, no se...
maru de chocolate

Asesino De Leyendas dijo...

Janeth: gracias amiguita, si es una de esas relaciones que pueden llevar a muchos lados. Un beso

JuanJo: hermano, el límite está ahí, créeme, parece que lo tengo controlado, al menos así parece. Un abrazo

Asesino De Leyendas dijo...

Maru de chocolate: lo mismo digo, a veces me quedo pensando, la veo y me le quedo viendo, en silencio, no sé que decirle, me pide que esté a su lado, y lo estoy, prefieron no pensar en mañana sino en hoy. Un beso

Camélida del Viento dijo...

He vuelto con el rabo entre las piernas.

Y no, Gus. Simple y llanamente no.

:(

Alejandra dijo...

Mi querido Asesino:

Como relato es increiblemente bueno.

Como relación....

Ya hace mucho tiempo me prometí no dar opiniones así a la ligera y esta no será una excepción. SO... solo te diré que te deseo toda la suerte del mundo y la felicidad más grande.

A todo esto flaquito,hay algunas preguntas que quedaron sin respuesta: que fue del album? tu hijito lo completo?. Cómo fue que te convenció el jefe para que te quedes en el trabajo? (hasta donde contaste ya había leído tu carta de renuncia).

No contestarlas es como dejar el libro inconcluso...

Saludos!

Lucybel dijo...

Asesino!

Y por error salió mi comentario con... con el nombre que mis progenitores me dieron... :O

El anterior es comentario mio, que no se crea que ando cambiando de personalidad (bueno, si ando en ese plan pero,...no vienen al caso).

Saludos!

Asesino De Leyendas dijo...

Camélida: es bueno verte otra vez por aquí, sabes que eres bienvenida siempre, entiendo, sigo pensando que deberías aspirar a más, potencial te sobra, parece que vos misma te limitas. Un beso en la nuca

Lucy: ya me parecía raro, ni Watson podría descifrarlo. Siempre hay cosas pendientes en el tintero que a veces es mejor queden así, no está de más completarlas algún día.

Hay relaciones insanas, ésta es una de ellas, no sé, no sé, como dice mi amigo Juanjo, creo que he ido más allá de la línea invisible permitida. Saludos Ale alias Lucy, ja!, si no es por las buenas, por las malas uno se entera de todo jeje. Un beso

Cecy dijo...

Si que te gusta jugar a traspasar los limites, los propios y los ajenos.
Es la sensación de vertigo que todo esto produce?
El relato no te da tiempo de interrupción.

Colibrí soñador dijo...

Juegos que van apareciendo en el transcurso de la vida. Limitar... Supongo que siempre hay un limite para todo... trazaste una linea que sobrepasaste?.

Un vicio, que no son drogas en si, esta rondando a la relación.. a mi parecer.

Espero que todo marche bien, un saludo a distancia. cuidate!

Asesino De Leyendas dijo...

Cecy: no sé los límites, de verdad son demasiado delgados casi invisibles, bueno sería ubicarlos, un beso amiguita

Freeze: no veo el límite ni la línea, aún nada, hay un vicio? eso crees? quien sabe, puede ser. Un beso manny

Fete dijo...

pase por aqui. Un saludo