
El pasado viernes en un céntrico café de la ciudad tuve una reunión con un par de amigos y amigas en el cual discutíamos el último descalabro del interés por organizar el Miss Universo de este año en nuestro país, como lo dijo la ministra Zulma Yugar “tenemos un 70% de probabilidades”, acá en Santa Cruz decían “ya está el 95% asegurado”, pero no contaban con la astucia (no del Chapulín) sino la de ésos que lanzaban porcentajes, que revisaron todo, instalaciones, hoteles, carreteras, comunicaciones, vestuario, modistos (y modistas) que iban a venir, televisión internacional, turismo (¿sexual?), etc. Pero se olvidaron de un pequeño detalle, se olvidaron de revisar las cuentas, el costo de organizar un evento así, en el que sacan multas millonarias hasta por que se quema un foco. Al final, como siempre nos pasa, nos faltó un centavo para el peso.
Tanto revuelo, tanta alharaca por algo sin sentido, ver como un puñado de mujeres desfilan y se elige disque la más bella (física porque intelectualmente andamos mal). “La Galindo” hizo revuelo y medio en este tema, limpiándose la boca luego de su triunfo, diciendo que ella fue la responsable de la no organización de tan magno evento en nuestro país. Comparto con ella en que hay mejores formas de perder el tiempo y mejores formas de gastar la plata, valoro su entereza y admiro su posición.
Un amigo decía, que esas mujeres, las que concursaban, eran como el pescado, sirve todo menos la cabeza, no sé si tendrá razón o no, pero la experiencia dice que esas “niñas bien” son más ignorantes que cucaracha anémica. En el Miss Santa Cruz se “preparan intelectualmente” durante un mes (como muchas de ellas afirman), ¿cómo?, la Organización le pasa un listado con preguntas y respuestas de cultura general que ellas tienen que memorizar, cual alumnas de colegio, y luego de esas preguntas el jurado escoge o sortea unas cuantas y se las hacen en el concurso… quien descubrió el continente, con qué ciudades o países limita el departamento, qué es el patujú, los últimos cinco gobernadores, tres comidas típicas, y las clásicas, ¿qué harías para que el mundo sea un lugar mejor?, ¿qué consejo le das a los jóvenes que las ven como modelos a seguir (o perseguir ja!)?, ¿cómo te ves de acá a cinco años?).
Las amigas saltaban pues como payaso de resorte en cajita adornada diciendo que no todas son así y que ese grupito “las hacía quedar mal”. Es cierto, las mujeres son mucho más que un pinche concurso de mierda, están las madres, hermanas e hijas que luchan día a día por la familia, que buscan el sustento del hogar, son más organizadas que los hombres (hay que reconocer eso), tienen más instinto para las cosas… la mujer es base de la familia y la sociedad misma.
En una ciudad como la nuestra, en que desde pequeñas juegan a ser modelos, a ver en que telenovela podrían participar, parece que no hay más remedio que cerrar los ojos, taparse las orejas y hacer como si nada pasara con un tufillo de resignación. Tendremos que seguir escuchando o leyendo declaraciones como aquella que dice que… a los delincuentes habría que llevarlos a las minas de Oruro y Potosí para que aprendan lo que es trabajo… mi hija, ¿acaso los mineros son delincuentes?, ¿será que los que trabajan en las minas están aprendiendo lo que es trabajar?, pues al día siguiente tuvo que retractarse y decir “entonces que vayan a las zafras!!”, bueno, ahora los mineros no son los delincuentes sino los zafreros, a esta niña da ganas de abrazarla, despacito, despaciiiito hasta que le blanqueen los ojos y deje de respirar. Eso pasa cuando una Miss Patujú quiere entrar en política, da ganas de decirle, mamita, calladita te defiendes más, cierra la boquita, suelta la sonrisita y bate las pestañitas, que siempre hay incautos que caerán así.
También está la candidata que dice en la propaganda “como ustedes se habrán dado cuenta, sus madres, sus hijas y hermanas son mujeres como yo”… la puta madre, mirá que no me había dado cuenta, ¿en serio?, no manches desgraciada, pero bueno, pensaba todo eso en un segundo porque ya no seguí prestando atención a la charla hace rato ya que salió a la luz (entre voces levantadas, dedos apuntando al cielo, puños en alto), la belleza de la mujer, la tradición de tener a las misses, la importancia en la sociedad, la envidia de mucho (o pocos), la representación a nivel internacional (cual representación, absurda idea), el papel que juegan las "misses" en al sociedad (zoociedad?), etc..
A esas alturas levanté la mano diciendo… ¿y nosotros los feos?, este… nada, nada…
Tanto revuelo, tanta alharaca por algo sin sentido, ver como un puñado de mujeres desfilan y se elige disque la más bella (física porque intelectualmente andamos mal). “La Galindo” hizo revuelo y medio en este tema, limpiándose la boca luego de su triunfo, diciendo que ella fue la responsable de la no organización de tan magno evento en nuestro país. Comparto con ella en que hay mejores formas de perder el tiempo y mejores formas de gastar la plata, valoro su entereza y admiro su posición.
Un amigo decía, que esas mujeres, las que concursaban, eran como el pescado, sirve todo menos la cabeza, no sé si tendrá razón o no, pero la experiencia dice que esas “niñas bien” son más ignorantes que cucaracha anémica. En el Miss Santa Cruz se “preparan intelectualmente” durante un mes (como muchas de ellas afirman), ¿cómo?, la Organización le pasa un listado con preguntas y respuestas de cultura general que ellas tienen que memorizar, cual alumnas de colegio, y luego de esas preguntas el jurado escoge o sortea unas cuantas y se las hacen en el concurso… quien descubrió el continente, con qué ciudades o países limita el departamento, qué es el patujú, los últimos cinco gobernadores, tres comidas típicas, y las clásicas, ¿qué harías para que el mundo sea un lugar mejor?, ¿qué consejo le das a los jóvenes que las ven como modelos a seguir (o perseguir ja!)?, ¿cómo te ves de acá a cinco años?).
Las amigas saltaban pues como payaso de resorte en cajita adornada diciendo que no todas son así y que ese grupito “las hacía quedar mal”. Es cierto, las mujeres son mucho más que un pinche concurso de mierda, están las madres, hermanas e hijas que luchan día a día por la familia, que buscan el sustento del hogar, son más organizadas que los hombres (hay que reconocer eso), tienen más instinto para las cosas… la mujer es base de la familia y la sociedad misma.
En una ciudad como la nuestra, en que desde pequeñas juegan a ser modelos, a ver en que telenovela podrían participar, parece que no hay más remedio que cerrar los ojos, taparse las orejas y hacer como si nada pasara con un tufillo de resignación. Tendremos que seguir escuchando o leyendo declaraciones como aquella que dice que… a los delincuentes habría que llevarlos a las minas de Oruro y Potosí para que aprendan lo que es trabajo… mi hija, ¿acaso los mineros son delincuentes?, ¿será que los que trabajan en las minas están aprendiendo lo que es trabajar?, pues al día siguiente tuvo que retractarse y decir “entonces que vayan a las zafras!!”, bueno, ahora los mineros no son los delincuentes sino los zafreros, a esta niña da ganas de abrazarla, despacito, despaciiiito hasta que le blanqueen los ojos y deje de respirar. Eso pasa cuando una Miss Patujú quiere entrar en política, da ganas de decirle, mamita, calladita te defiendes más, cierra la boquita, suelta la sonrisita y bate las pestañitas, que siempre hay incautos que caerán así.
También está la candidata que dice en la propaganda “como ustedes se habrán dado cuenta, sus madres, sus hijas y hermanas son mujeres como yo”… la puta madre, mirá que no me había dado cuenta, ¿en serio?, no manches desgraciada, pero bueno, pensaba todo eso en un segundo porque ya no seguí prestando atención a la charla hace rato ya que salió a la luz (entre voces levantadas, dedos apuntando al cielo, puños en alto), la belleza de la mujer, la tradición de tener a las misses, la importancia en la sociedad, la envidia de mucho (o pocos), la representación a nivel internacional (cual representación, absurda idea), el papel que juegan las "misses" en al sociedad (zoociedad?), etc..
A esas alturas levanté la mano diciendo… ¿y nosotros los feos?, este… nada, nada…