MI HUMANA CONDICIÓN…
Gracias por estar a mi lado, cuando más lo necesitaba, apareciste y estás aquí, no importan nuestros mundos individuales o nuestro mundo común, estás aquí, estamos, es lo que importa.
Las cosas nacen de la forma menos pensada y el momento menos esperado. Te dediqué una canción y vos me dedicaste otra, al final del día descubrimos que en el fondo es lo mismo, lo que pensamos, lo que buscamos, lo que sentimos. Quienes me conocen dicen demasiada cursilería, prefiero evitar términos que identifiquen mi actual estado de ánimo, qué sé yo, he decidido llamarlo cursilería, punto.
Cuando dices que me extrañas y me quieres, respondo que también te quiero, grave error, ese “también” le quita fuerza al “te quiero”. No lo había pensado, así que ando buscando una nueva forma de comunicar este sentimiento. Es como entrar a una habitación vacía, sentarse en el medio y esperar, esperar que entres, día y noche, aún sin conocerte, esperar que el cerrojo abra la puerta y verte ahí. Llegaste, entraste y te acomodaste a mi lado sin importar lo que pueda pasar. Olvidémonos del pasado, de lo que creí y pensabas, ahora estamos acá, sentados, viendo pasar la vida delante nuestros ojos, cada amanecer, cada anochecer, qué importa el resto.
Como este confesionario es mío y sólo mío, me tomo la libertad de decir que atrás hay cosas que me avergüenzan, me provocan escalofríos, espacios tan amplios que hoy al darme vuelta me pregunto, ¿cómo no caí si la altura era tan grande y el vacío infinito?, quizás porque estabas del otro extremo esperándome, no te conocía pero sabía que estarías allá. Dicen que al final del túnel hay una luz, tú eres esa luz y sin darme cuenta, me acompañaste desde el inicio.
Anoche te leí mi último cuento y preguntaste si todos son así, tengo que decir que si, todos terminan así. Soy diferente, dices, no lo sé, la pinta, la forma de pensar, diste muchos ejemplos. Tú eres mía, ése es mi ejemplo.
Te extraño cuando no estás (y también cuando estás).
Eso puedo escribir, eso me permite mi humana condición.
Gracias por estar a mi lado, cuando más lo necesitaba, apareciste y estás aquí, no importan nuestros mundos individuales o nuestro mundo común, estás aquí, estamos, es lo que importa.
Las cosas nacen de la forma menos pensada y el momento menos esperado. Te dediqué una canción y vos me dedicaste otra, al final del día descubrimos que en el fondo es lo mismo, lo que pensamos, lo que buscamos, lo que sentimos. Quienes me conocen dicen demasiada cursilería, prefiero evitar términos que identifiquen mi actual estado de ánimo, qué sé yo, he decidido llamarlo cursilería, punto.
Cuando dices que me extrañas y me quieres, respondo que también te quiero, grave error, ese “también” le quita fuerza al “te quiero”. No lo había pensado, así que ando buscando una nueva forma de comunicar este sentimiento. Es como entrar a una habitación vacía, sentarse en el medio y esperar, esperar que entres, día y noche, aún sin conocerte, esperar que el cerrojo abra la puerta y verte ahí. Llegaste, entraste y te acomodaste a mi lado sin importar lo que pueda pasar. Olvidémonos del pasado, de lo que creí y pensabas, ahora estamos acá, sentados, viendo pasar la vida delante nuestros ojos, cada amanecer, cada anochecer, qué importa el resto.
Como este confesionario es mío y sólo mío, me tomo la libertad de decir que atrás hay cosas que me avergüenzan, me provocan escalofríos, espacios tan amplios que hoy al darme vuelta me pregunto, ¿cómo no caí si la altura era tan grande y el vacío infinito?, quizás porque estabas del otro extremo esperándome, no te conocía pero sabía que estarías allá. Dicen que al final del túnel hay una luz, tú eres esa luz y sin darme cuenta, me acompañaste desde el inicio.
Anoche te leí mi último cuento y preguntaste si todos son así, tengo que decir que si, todos terminan así. Soy diferente, dices, no lo sé, la pinta, la forma de pensar, diste muchos ejemplos. Tú eres mía, ése es mi ejemplo.
Te extraño cuando no estás (y también cuando estás).
Eso puedo escribir, eso me permite mi humana condición.
14 comentarios:
Que linda tu condición. El tambien toma fuerza cuando se completa con un "yo", suena distinto... mira: yo también te quiero.
Se te extraño amigo ASESINO!
Un beso.
Cecy, muchas gracias... le dije eso y me dijo: "no, no... no le sumes nada al también, cámbiale la frase entera", pero bueno.
Un beso enorme en la distancia
Hola Gustavo, que gusto volver a leer tus escritos despues de tanto tiempo,.... la condicion humana es compleja, mas cuando estamos enamorados, jejjeje, me encantó leerte, un lindo escrito como siempre
Besitos
Janeth: Muchas gracias, si, andamos de retorno... es una linda condición humana en la que estoy... Un beso enorme
De nuevo por acá asesino =D!,
uuh pero que alegría es descubrir que la puerta de la habitación vacía si existe y que para todos ahí una distinta…
Tu encontraste la tuya asi que felicidades y un abrazo señor asesino humano… :D
Incomprendeus: así es compadre... aunq parece ser que uno no sale de la habitación sino entran donde uno está... parece trágico... el mundo queda tan lejos
Un abrazo
A algunos les es más fácil escribir que decir las cosas, pero es cuestión de práctica nomás. Bienvenido de nuevo Mr. Asesino. Abrazo.
Capsulita: me es más fácil escribir, como dices es pura práctica. Asesino renovado (el retorno)
Un saludo enorme
Hola mi querido Asesino, que buena condición tienes!! y ademas renovado!! dicen que no hay envidia de la buena y no lo creo, me da mucho gusto por ti que te encuentres así y te tengo envidia de la buena.
Besos
Diiviina: muchas gracias, con altas y bajas, por el momento es mi humana condición. Un enorme saludo y no te pierdas eh?...
A veces el "también" le quita fuerza a tantas cosas. Excelente texto. Saludos.
Muchas gracias por el comentario... tanats cosas han cambiado que creo debo retornar a contar muchas cosas... demasiadas. Gracias
Waw me gusta la fonrma en la que te expresas, bien, suerte :)
Te trago la tierra, te llevaron los ovnis, ESTAS BIEN?????????
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